Cuando se transmiten mensajes emocionales, como los publicitarios y muchos de los mensajes artísticos, el enfoque de la traducción es muy característico. Debe tener  más en cuenta que nunca los públicos objetivo, el tono y los fines. Hay que perderle el miedo a separarse del texto original con mayor amplitud y es preciso conseguir un resultado que no solo se perciba como natural, sino que provoque las mismas sensaciones.

La transcreación tiene en cuenta todo ello y lo integra en el diseño y en la creación artística.